Las contribuciones son un impuesto que se cobra sobre las propiedades inmuebles, como casas, terrenos, departamentos, y otros bienes raíces. Este impuesto, conocido formalmente como Impuesto Territorial, es una fuente importante de ingresos para los municipios, que lo utilizan para financiar servicios públicos locales como alumbrado, recolección de basura, y mantención de áreas verdes.
1. Valor de la propiedad: El monto a pagar por contribuciones se calcula en base al valor fiscal de la propiedad, que es determinado por el Servicio de Impuestos Internos (SII). Este valor no es el mismo que el valor comercial, sino que se establece considerando factores como la ubicación, uso, y características del inmueble.
2. Tasa impositiva: La tasa impositiva para las contribuciones varía según el tipo de propiedad y su valor. Las propiedades de mayor valor fiscal suelen tener una tasa más alta. Existen, además, ciertas exenciones y beneficios, especialmente para propiedades de bajo valor o para adultos mayores.
3. Plazos de pago: Las contribuciones se pagan en cuatro cuotas al año, generalmente en abril, junio, septiembre, y noviembre. Cada cuota corresponde a un 25% del monto anual total calculado.
4. Exenciones y rebajas: Algunas propiedades pueden estar exentas del pago de contribuciones, como las que tienen un valor fiscal muy bajo. También existen rebajas para propiedades habitadas por adultos mayores con ingresos bajos o moderados.
5. Multas por no pago: No pagar las contribuciones en los plazos establecidos puede resultar en multas e intereses. Si la deuda se acumula, eventualmente el municipio puede tomar acciones legales que podrían incluir el embargo del inmueble.
6. Uso del impuesto: Los recursos recaudados a través de las contribuciones son administrados por los municipios y se destinan a financiar una variedad de servicios y obras públicas en la comuna, lo que incluye desde infraestructura hasta programas sociales y culturales.